6 etapas que recorremos para lograr cambiar

 

Cuando pensamos en una persona que cambia su estilo de vida, podemos pensar que pasa de tener unos hábitos desorganizados e inadecuados a ejercer un control total. Esta visión es muy simple y reducida.

El que una persona afirme que quiere cambiar no es sinónimo de que esté preparada para ello (aunque está en el camino de lograrlo).

Hasta que se produce el cambio definitivo se pasa por la vivencia de diferentes etapas.

Prochaska y DiClemente son los psicólogos que en 1982 formularon por primera vez este planteamiento de la transformación, entendida de manera dinámica.

Hoy quiero explicarte cuáles son estas etapas o niveles por los que todos atravesamos al vivir un proceso de cambio de hábitos, ya sea de alimentación, consumo de tabaco, alcohol, adicción a las nuevas tecnologías, etc.

 

-Precontemplación.

La persona no tiene intención de cambiar, ya que no es consciente de que tenga un problema. Fumadores, comedores compulsivos, bebedores, adictos a internet… todos ellos en esta fase no ven las consecuencias que implica su conducta.

Pesa más la gratificación obtenida al instante con cada bocado o cigarrillo, que los efectos a medio-largo plazo.

Cuando una persona está en este punto, cualquier sugerencia para cambiar su conducta será vivida como un ataque, cerrándose en banda y difícilmente realizará alguna acción para mejorar sus hábitos.

 

– Contemplación.

Surge un ápice de luz: la persona empieza a plantearse que quizás su conducta le está afectando negativamente.

Por un momento se le puede pasar por la mente cambiar, pero sin un compromiso consigo misma. Quizás diga “Esto va en serio, tengo que cambiar”, “No puedo seguir así”, lo que refleja su intención de actuar, aunque no necesariamente mueva ficha.

Es la etapa de la ambivalencia, ya se plantea los pros y los contras de su comportamiento.

En esta etapa, que puede durar meses o años, una ayuda profesional sería lo que necesita la persona para clarificar su situación y tomar decisiones.

 

-Determinación.

En este momento si existe una decisión firme y meditada de cambiar.

La persona puede comenzar a dar pequeños pasos para hacerlo.

Lo apropiado en esta etapa es contar con una guía de los pasos a seguir, buscar los recursos apropiados para lograr el éxito en el cambio deseado.

 

-Acción.

Hay una gran implicación de la persona en los pasos y acciones que le llevan a cambiar. Se da un cambio real en la conducta conflictiva, se actúa diferente.

También existe un compromiso fuerte con el proceso, siendo consciente del esfuerzo que le conllevará, pero también de los beneficios que obtendrá.

 

-Mantenimiento.

Hablamos de mantenimiento del cambio cuando han pasado 6 meses desde que se iniciara la acción. La persona está inmersa en consolidar lo aprendido, sus logros, y también prevenir recaídas.

Destacar en este momento la sensación de control y optimismo que se experimenta por demostrarse que es posible cambiar el estilo de vida.

 

-Recaída.

La recaída se produce cuando las tácticas aplicadas no son eficaces en un momento dado.

Cada tropiezo, salirse un día o varios del plan previsto ha de verse como una oportunidad de autoconocimiento del que salir fortalecida.

En lugar de sentirse culpables o tirar la toalla hay que retomar la determinación y ponerse inmediatamente manos a la obra. No quedarse hundida en la miseria, sino renovar el compromiso. Afortunadamente una recaída no suele llevar a la precontemplación, es más frecuente verse en contemplación o directamente en la etapa de acción.

 

Las personas no avanzamos de manera directa y lineal por estas etapas. Vivimos avances y retrocesos, hasta que conseguimos permanecer en el mantenimiento porque interiorizamos el cambio.

 

¿En que momento del cambio estás tú?.

 

 

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